Por José Luis de la Calva
Definitivamente que esto no solo es un mal ejemplo, sino una provocación, de estos sujetos que «gobiernan».
Carlos de Inglaterra no es el único heredero que, en edad de jubilación, aun ejerce de meritorio. Otro príncipe heredero vive una situación similar en el sudeste asiático. Se trata de Maha Vajiralongkorn, príncipe heredero de Tailandia, hijo del rey Bhumibol Adulyadej y la reina Sirikit, que acaba de celebrar su 63 cumpleaños y que hace años que está a la espera de heredar el trono que ocupa su padre, el jefe de estado o monarca que más años ha permanecido en el cargo: desde junio de 1946.
Aunque parezca extraño, el venerado Rey Bhumibol lleva más años sentado en el trono de Tailandia que Isabel II en el de Gran Bretaña. Es cierto que no goza de tan buena salud ni aspecto como la reina inglesa, un año mayor que el rey tailandés, que ha estado hospitalizado en varias ocasiones y, al parecer, sufre la enfermedad de Alzheimer.
Con todo en contra el rey, que pronto cumplirá 88, no abdica. Uno de los motivos fundamentales es la mala fama de la que goza entre sus súbditos el príncipe heredero.
Casado en tres ocasiones, del primer matrimonio con una prima hermana nació una hija. Después, se casó con una actriz, pero la reina Sirikit no reconoció el enlace a pesar de que nacieron cinco hijos –la madre y los hijos tuvieron que huir a los Estados Unidos donde viven exiliados– y, finalmente hace 13 años se casó con la ex princesa real Srirasmi, con quien ha tenido un hijo varón, el Príncipe Dipangkorn Rasmijoti, segundo en la línea de sucesión.
Su vida personal ha escandalizado a los tailandeses, a pesar de la ley del silencio que impera en el país cuando se trata de publicar determinadas noticias que afecten a la Casa Real.
Tercer divorcio
Excepto el tiempo en el que vivió retirado como monje budista, el príncipe Maha Vajiralongkorn ha desarrollado una intensa vida militar durante estos años, piloto de aviones y helicópteros, en la época de los jemeres rojos en los años setenta dirigió varias operaciones militares contra la guerrilla comunista en el norte del país y en la frontera con Camboya.
En cuanto a su vida personal también ha sido intensa y le han salpicado episodios oscuros que no ha publicado la prensa de su país; a ello se une una personalidad fría y distante y un carácter que no augura los mejores pronósticos y, a pesar de que su rostro adorna las principales avenidas de Bangkok, no es un personaje querido. El último escándalo del príncipe heredero lo ha protagonizado su ex mujer, divorciado de él desde el último diciembre.
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De familia modesta, la princesa Srirasmi llegó a la vida del príncipe con 22 años como dama de compañía. Pronto logró que éste se separara de su segunda esposa para casarse con ella. Guapa, atractiva y madre del heredero del heredero, ha lucido esplendorosa en bodas reales y palacios de Europa, junto a Matilde de los belgas o Mette-Marit de Noruega.
Pero en el último diciembre estalló el escándalo que acabó con su matrimonio y con su estatus de princesa real. Siete miembros de su familia, entre ellos su tío, y algunos de sus hermanos, fueron detenidos y acusados de “difamar a la monarquía con sus acciones” al utilizar “con intenciones codiciosas” su relación con la familia real para abrir y dirigir casinos ilegales y entregarse al contrabando de petróleo, el rapto y a la extorsión a cambio de grandes sumas de dinero.
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Y como las desgracias no llegan solas, las noticias sobre la corrupción de la familia de la princesa real coincidió con la publicación de unos videos y fotografías del año 2009 en los que aparecen el Príncipe Maha y la Princesa Srirasmi topless, celebrando una fiesta privada para su perro Foo Foo, que según ella tenía rango oficial. Después de esto, Srirasmi no reinará en Tailandia.
Obligada por el propio rey Bhumibol, renunció a todas las prebendas a cambio de una indemnización de 200 millones de Bahts tailandeses (algo más de 5 millones de euros) a cargo de las arcas públicas.
Cortesía: vanityfair.mx